N/A:
Jareth
está vivo y, para desgracia de Sarah, está un tanto molesto (Me pregunto por qué XD). A mí
tampoco me gustaría que me apuñalasen el corazón, ni literal ni
metafóricamente, cosa que le ha pasado a nuestro querido rey. Parece
que alguien no se librará sin algunos cachetes en el culo por ser
una niña mala jejeje
La
buena noticia es que Sarah se ha reencontrado una vez más con sus
amigos, con Ludo, Sir Dydimus y Hoggle, aunque sea brevemente.
Después de ocho años el grupo se une gracias a la “desinterada”
ayuda de Bargas.
Ah,
y Bargas, que ser más malvado y engañoso que es el hermano gemelo
de Jareth. Ampa_Labyrinth, ciertamente, el hermano no es trigo limpio. Si uno es malo, el otro es mucho peor. Parece que Sarah ha
intentado huir del lobo para terminar en las garras del mismísimo
coco, porque, a pesar de lo que cree nuestra inocente protagonista,
Bargas no es alguien de quien se pueda confiar fácilmente. Algo está
tramando, algo oscuro. ¿Cuales serán sus maquiavélicos planes y en
qué forma Sarah tiene que ver con ellos? ¿Cuál será su siguiente
paso?
Encantada Arlin, me alegra leer que te guste tanto mi historia. Espero que este capítulo también sea de tu agrado. Ya me contarás.
Y sin más que añadir más que espero todos vuestros comentarios, os dejo con la lectura.
Aclaración:
Los
personajes de esta historia no son mías, sino de la película
Labyrinth, aparte de Irina, Matt, su ahora ex novia, que por ahora no
volverán a aparecer, aunque quien sabe si en el futuro sí, Bargas,
el gemelo de nuestro rey y otros dos personajes que pronto harán
acto de presencia. Es una pena que Jareth no sea mío, qué sino…
no estoy muy segura de que hubiera dicho las palabras adecuadas al
final de la historia, como lo hizo Sarah. Es que, teniendo a
semejante villano ofreciéndome todo lo que le ofrece a su cosa
preciosa… Pufff
Y
que conste, no lo hago con fines lucrativos, simplemente por el
placer de emprender un bonito camino junto a los personajes de esta
magnífica película que tanto marco mi infancia, y lo que no es la
infancia XD (sigo teniendo las canciones de la película en mi móvil,
¡me encantan!).
Capítulo
16: Revelaciones
Ahora,
por primera vez en mi corta vida, entendía lo que debería de sentir
el ratón frente al búho que, sin ningún atisbo de duda, lo
devorará en un simple parpadeo, antes de que tenga la menor
oportunidad de escapar de esa trampa mortal. La sensación de
derrota, el atroz miedo desgarrando su corazón, mientras la absoluta
certeza de que nada bueno podría salir de esa horrible situación se
asentaba en su mente. No era por exagerar, pero se sentía como un
criminal en el corredor de la muerte esperando a la silla eléctrica.
Nunca se hizo más consciente de los latidos de su joven corazón,
del respirar de mis pulmones y del sudor frio que creaba mi cuerpo y
que perlaba mi frente, cosas que deseé tener la oportunidad de
seguir haciendo, de seguir disfrutando, que, en un futuro próximo,
esos pequeños sonidos y sensaciones no me fueran privados por la
muerte. Puede que fuese demasiado pedir, más aún teniendo en cuenta
que había intentado matar al Rey Goblin en un momento de locura
pasajera, intentado huir y liberar a mis amigos de su prisión. En
otras palabras, que hiciese oídos sordos a mi lista de
transgresiones y pudiese dejarlo pasar como si nada, por la bondad de
un corazón que no poseía.
Estaba
real e irremediablemente jodida.
No
veía ningún atisbo de luz al final del oscuro y lúgubre túnel que
tenía ante mí. Pese a que tenía casi la absoluta certeza de que,
pese a que antes el Rey Goblin podría haber tenido sus dudas para
mantenerme viva en orden de conseguir su poderes de regreso, acababa
de darle razones suficientes para deshacerse de cualquier atisbo de
duda sobre asesinarme o no.
Aún
así, aunque mi hora había llegado, iba a ser cruelmente asesina en
aquel mismo lugar, no permitiría que mis amigos y aliados me
siguiesen en mi cita con la muerte por los pecados cometidos por mi
persona, suficiente habían hecho por mi hasta ahora. Ya era tiempo
de que les devolviese el favor y les recompensase su lealtad y
amistad. Di un paso adelante, situándome en frente de ellos,
protegiéndolos con mi propio cuerpo. Ese acto de valentía no pasó
desapercibido por nadie, en orden de las muchas cejas levantadas que
vi, tanto del monarca como de sus maduros acompañantes. A estos
últimos, en especial al hombre, parecía encontrar algo gracioso en
todo esto. No había más que ver la comisura de sus labios.
Mis
ojos se centraron en el Rey Goblin, de quien estaba segura vendría
mi muerte, y le hice frente.
- Lo
cierto es que deseaba que fuese así, pero, según veo, solo los más
estúpidos de mis deseos, aquellos que formulo sin pensarlo, fruto
de un momento calentura o bajo los efectos nocivos del alcohol, se
me cumplen – me encogí de hombros –. Así que adelante, mátame
como tenías planeado hacer, pero deja a mis compañeros en paz. No
tienen nada que ver con esto.
- ¿Sarah?
- preguntaron al unísono mis amigos.
No
comprendían nada de lo que transcurría aquí, aunque hasta ellos
entendían que no era algo bueno, que nos encontrábamos hasta arriba
de mierda. La situación no podía ser peor. Se ve que lo mio no era
la suerte. Me tocaba de todo menos la lotería. Era como si una
congregación entera de tuertos me hubiese mirado o que un camión
que tenía como cargamento gatos negros se me hubiese cruzado por
delante. Eso o que, el día que repartieron la buena fortuna se
habían olvidado de mí. Lo único que me pasaban eran desgracias.
Primero me vuelvo a encontrar con el temible Rey Goblin y me entero
que mi novio me pone los cuernos, luego me vuelve a engañar para
traerme a su loco reino, después soy hecha prisionera en contra de
mi voluntad, casi muero tras intentar escapar de dicha prisión y,
por último, descubro que el gran y malvado plan de antes mencionado
rey es matarme para recuperar su antiguo esplendor, algo que de
seguro iba a llevar a cabo ahora mismo. Vamos, que cualquier otra
persona querría intercambiar su lugar conmigo de lo afortunada que
era en la vida.
Desearía
poder explicarme a mis amigos, esclarecer algo de lo que pasaba,
contarles toda la historia tal y como merecían, pero no había
tiempo para esas cosas. Si por no tener, no tenía tiempo para seguir
viviendo.
Aún
así, aunque esas fueran mis últimos momentos en esta tierra, tan
lejos de mi hogar, no suplicaría, iría con la cabeza bien en alto.
No le pensaba darle la satisfacción de verme derrotada. Le lancé
una retadora mirada.
- Venga,
vamos, haznos un favor a los dos y termina con todo esto.
- Cosa
preciosa, no tengo intención de matarte – me aseguró él
tranquilamente –. Te iba a explicarlo, pero me apuñalaste antes
de darme una oportunidad.
- Y
hablando de apuñalamientos, ¿cómo es que ni siquiera tienes
sangre en tu ropa? – es lo que más me sorprendió cuando lo vi
frente a nuestro variopinto grupo, el hecho que se encontrase como
si nada hubiese pasado. Si no estuviese segura de haberle atravesado
el pecho con una botella rota, habría pensado que todo había sido
un extraño sueño, o algo por el estilo.
El hombre que se
encontraba tras el monarca dio un paso adelante, interviniendo en la
conversación por primera vez.
- Eso tiene que haber sido
nuestra culpa, joven luchadora – comentó divertido el hombre –,
pero entenderás que unos padres no puedan permitir ver morir a su
hijo frente a sus ojos sin hacer nada para remediarlo. ¿no lo cree?
- Ustedes son... yo no
sabía que... - más sorprendida no podía estar.
Nunca me había imaginado
que el Rey Goblin tuviese unos padres. Lo cierto es que nunca se
había puesto a pensar que ni siquiera tuviese una familia, al igual
que lo tenía ella. Eso lo convertía en humano, en un ser real de
carne y hueso, y no en el malvado y solitario villano como el que yo
veía en mi mente cada vez que me lo encontraba. Jamás hubiese
pensado que hubiese nacido del amor compartido de dos personas, que
hubiese sido niño alguna vez o, para el caso, que hubiese un tiempo
en el que había sido puro e inocente de corazón. Algo que se le
hacía difícil de imaginar, por no decir imposible. Me abría
resultado más fácil desvelar los misterios del universo que
aquello. Lo intenté en aquel momento. Intenté imaginar como fue la
infancia del Rey Goblin. Intenté imaginar cómo era él de pequeño,
con un sonajero en la mano y con un chupete en la boca, pero ni
siquiera su desbordante imaginación podía llevar a cabo semejante
ardua tarea. Era demasiado pedir aún para ella. Resultaba más fácil
pensar que se reproducía por mitosis o había sido fabricado en
algún secreto laboratorio del gobierno, probablemente en el área
51, o que simplemente había nacido como un malvado hombre y no como
niño, que el hecho de que era posible que fuese fruto del amor. Eso
era inimaginable.
- Tranquila, joven Sarah,
no se preocupe – le transmitió el padre del monarca – Soy
Lyuben, Emperador del Underground, y padre de Jareth. Y esta
encantadora acompañante es Nyssa, mi esposa, la emperatriz y madre
de este hijo mio. Hace años que deseamos ver a la joven sobre la
que las estrellas nos hablaron.
- Padre – le advirtió
Jareth a la par que Sarah preguntaba:
- ¿Estrellas? - cada vez
entendía menos, pero por lo menos nadie había intentado nada
contra ella aún. Era un alivio. No se veía capaz de luchar y salir
victoriosa después de enfrentarse a tres de ellos, pese a tener la
ayuda de sus fieles compañeros.
- Hijo, eres tan cabezón
y orgulloso como tu amada madre. Siempre recorriendo el camino más
difícil por no querer admitir la verdad, siempre tergiversándolo
por beneficio propio hasta que te explota en la cara – suspiró el
emperador, sintiendo la afilada mirada de su mujer en la nuca –.
Lo siento querida, pero sabes que es la verdad.
Miré a mis amigos
disimuladamente sobre mi hombro y me alivió saber que, gracias a
esta distracción, a que el emperador y los demás se habían
centrado únicamente en mí, Lug había conseguido escapar sin
levantar ninguna sospecha. Gracias a dios. No deseaba que, por sentir
lástima por mi situación y querer ayudarme a solventarlo, terminase
en malos términos con su familia. Bien sabía yo que no era plato de
buen gusto el ser rechazado por los tuyos. Durante demasiados años
había sentido eso como para no desearle a alguien más. Por ello,
estaba feliz de que se hubiese escapado sin nadie percatase de ello.
Ahora, si conseguía que mis otros amigos huyesen también sería lo
ideal.
Me situé enfrente de
ellos, protegiéndolos de todas las miradas y les supliqué con los
ojos que intentasen escapar aprovechando que estaban distraídos
hablando de la cabezonería de madre e hijo. Como toda respuesta a mi
silenciosa súplica Hoggle se cruzó de brazos sin intenciones de
moverse, Sir Dydimus cogió su espada dispuesto a luchar a mi lado y
Ludo no comprendió lo que había querido transmitirle y me miraba
con esa sonrisa inocente.
Tener amigos leales
llenaría de alegría a cualquiera, y en otras circunstancias lo
habría hecho, pero no ahora, pues su vida podría estar en juego
solo por el hecho de estar relacionadas con la joven muchacha que
había atentado contra la vida de su rey (me negaba a llamarlo mi
rey).
Algo de mi preocupación
se debió de reflejar en mi rostro, pues el emperador me dedicó una
cálida sonrisa.
- No temas, joven Sarah –
verdadero afecto emanaba de su voz, algo que, sorprendentemente, me
tranquilizó, en cierta medida por lo menos. Algo en mi interior
sentía que podía confiar en aquel hombre, pese a ser el progenitor
de quien era, de no conocerlo de nada y . ¿Una locura por mi parte?
Es posible, pero era lo que sentía –. Y, como veo que si no hago
algo con todos estos secretismo, esta situación puede desencadenar
en el asesinato de alguno de los dos, un desperdicio de tiempo,
fuerza y vidas si me permitís, parece que es mi deber esclarecer
las cosas por una vez por todas. Por lo...
- Padr... - le intentó
cortar, pero, cuando el Rey Goblin se disponía a formular algún
argumento o amonestación a su padre por meterse donde no le
llamaban, no fue capaz de terminar lo que sea que tuviese planeado
decir. Su boca desapareció como por arte de magia, obra de su padre
sin duda, en vista de la traviesa que este esgrimía. La cara de
este era digna de ver. Solo por ver su cara de asombro y sorpresa
había merecido la pena el ser secuestrada. Era la imagen más
graciosa que había visto en mucho tiempo.
Parecía que el emperador
me iba a caer muy bien.
- Así está mejor. Odio
que me interrumpan cuando hablo – comentó como si no hubiese sido
él la persona que le había quitado la boca a su propia progenie
ante mis sorprendidos y temerosos ojos. Realmente no lo deseaba como
enemigo. Debería apuntarme el no cabrear al emperador en el futuro.
Gracias a dios que no se había tomado a malas mi atentado contra la
vida de su hijo. Lo que era un inmenso alivio, pues parecía que
podría seguir viva por un poco más –. Veamos, antes que nada
vayamos a un lugar más cómodo para poder conversar.
En un segundo nos
encontrábamos en la habitación de las escaleras infinitas, de la
que no tenía muy gratos recuerdos que digamos, y al siguiente me
encontraba en una lujosamente ornamentada sala de estar. Las paredes
, los muebles finamente trabajados, hasta la majestuosa chimenea que
ocupaba gran parte de una de sus paredes adornadas con impresionantes
cuadros y tapices gritaban a los cuatro vientos lo magnificencia de
su dueño y su gusto por lo más exquisito. Algo que, mirando a la
sala del trono, podías llegar pasar por alto. Algo me decía que la
diferencia era que en uno de ellos entraban sus revoltosos y nada
higiénicos súbditos, y el otro era para el uso exclusivo del rey y
sus huéspedes no goblins (de otra manera no sería capaz de mantener
lejos a pollos, plumas y cerveza rancia por el suelo).
El emperador se
encontraba sentado en uno de los sillones de terciopelo rojo de
enfrente de la chimenea, con una copa de vino en la mano y su esposa
sentada en el reposa-brazos derecho con una elegancia innata, que se
encontraba situado justo del lugar donde el Rey Goblin y yo nos
encontrábamos sentados. No por voluntad mía. Cuando intenté
cambiarme de sitio me encontré con que mis pies estaban como pegados
al suelo con alguna mágica atadura invisible o algo semejante. A
cada segundo odiaba más los dones de los que hacían alarde y sobre
el que, una humana como yo, no tenía protección posible. La vida no
era nada justa, no conmigo por lo menos. Aunque en mi caso lo que me
habían arrebatado era la habilidad de caminar y escapar, no la
habilidad de caminar y hablar, que era el caso de mi compañero de
asiendo, quien parecía intentar luchar contra invisibles sogas para
intentar levantarse. Algo inútil según parece.
- Joven Sarah, vencedora
del Labyrinth, salvadora de necesitados, la nombrada por las
estrellas, es hora de que sepas unas cuantas cosas que mi hijo se ha
guardado para sí mismo durante demasiado tiempo. Un nefasto error
que pretendo corregir – sus palabras hicieron que toda mi atención
se centrase en él, curiosa. En mi vida me habían llamado muchas
cosas (egoísta, loca, malcriada, lunática, ingenua, demente,
infantil…) pero nunca me habían dado ninguno de esos títulos que
tan bien sonaban a la oreja. No solo eso, el saber que me revelaría
algo que tan celosamente había guardado su hijo era algo que
quisiera prestar mi total atención a sus siguientes palabras –.
Antes que nada, dejame contarte de nosotros. Hemos sido llamados de
diversas maneras a los largo de los siglos y milenios. Dioses,
Demonios, Genios, Shide, Elfos... Somos una longeva raza, carente de
vuestra habilidad para mentir y con habilidades únicas, que habita
en un plano paralelo al tuyo y con el que no podemos interactuar de
manera directa sin la invitación expresa de sus moradores. Al igual
que les pasa a los vampiros de vuestras pueriles novelas, aunque, en
vez de tener la incapacidad de entrar en una casa, padecemos
incapacidad de interacción. Algo bien has podido comprobar. Esa es
una de las razones por las que mi hijo no ha aparecido ante ti
durante todos estos años, porque no le habías concedido ese
permiso.
Podía sentir a mis ojos
abrirse como platos. No me extrañaría en lo absoluto que saliesen
de sus cuencas y rodasen por el suelo a causa de la sorpresa. Yo
sabía que el Rey Goblin no podía ser un ser humano ordinario, no
con aquella magia del que se vanagloriaba, pero una cosa era saberlo
y otra muy distinta era confirmar mis sospechas. A lo sumo supuse que
sería un mago. Una especie de Voldemort con nariz que, en vez de
tener fijación por un joven con gafas y una cicatriz en forma de
rayos en la frente, lo tenía conmigo. En ningún momento se me cruzó
por la cabeza que ni siquiera fuera de la misma raza, puede que
inducido por su aspecto humanoide. Aunque eso explicaba unas cuantas
cosas. Su extraño reino donde ninguna ley humana era aplicada, el
que no hubiese envejecido ni un día desde la última vez que nos
vimos cuando salve a mi hermano, el que únicamente apareciese
después de que le invitase por descuido, su retorcida forma de
ser... Esto último puede que tuvieran poco que ver con su especie y
mucho con su tortuosa alma.
- Pero no son esas
nuestras únicas peculiaridades. Como raza mágica, hemos
desarrollado la habilidad de entrever el futuro que esta escrito en
las estrellas. Un antiguo y poderoso arte sobre conocimiento los
tuyos hace mucho tiempo atrás perdieron, por desgracia.
- Lamento interrumpirle,
su majestad imperial – acababa de acordarme de haber leído en una
de mis novelas que aquella era la forma apropiada. Y aunque no lo
fuera, mejor pecar de exceso de formalismo antes de que me quitase
la boca o algo peor –, pero no veo cómo todo eso tiene que ver
conmigo.
- Llámame por mi nombre,
por favor, joven Sarah – me pidió amablemente, no teniéndome en
cuenta que cortase su relato. Gracias a Dios – y ahora iba a esa
cuestión. Es costumbre que, cuando uno de los nuestros llega al
mundo, se lea su futuro en las estrellas, cuyo contenido no se le
vería revelado hasta alcanzar la madurez. Como supondrás, cuando
Jareth y su hermano vinieron al mundo buscamos su sino en las
estrellas. Y aquí es donde la cosa se pone interesante. No solo nos
contaron lo poderoso, bello e inteligente que sería nuestro Jareth,
también dijeron que jamás conocería el significado de la dicha,
el amor o la compasión, que su corazón sería un lugar tenebroso y
solitario. Algo que nos abría entristecido a su madre y a mí, de
no haber estado entretejida a una profecía.
Chasqueó los dedos y
unas brillantes letras empezaron a tomar forma en el aire ante
nosotros. Así estaba escrito:
“Un día nacerá una
princesa, hija del sol y la luna, la misma que compartirá el líquido
escarlata de aquellos que fueron injustamente sentenciados, aquellos
que se fueron para no volver.
Sus ojos reflejarán
el color de la envidia que carcomía su alma y tendrá una piel que
se asemejaba a la blancura de un copo de nieve. En esa superficie se
encontrará la prueba de quien es realmente, la prueba que la marcará
desde su nacimiento como la elegida del búho.
Asimismo, la princesa
poseerá un corazón formado por sueños frustrados y deseos
inalcanzados, el mismo que se encontrará anegado oscuras emociones
como la soledad y los celos, aún teniendo el potencial para la
felicidad y la voluntad más poderosa jamás vista alguna vez para
conseguirlo. Siempre alcance, pero siempre tan escurridizo. Solo
junto aquel que vive en perdido en su laberíntico corazón será por
fin capaz de conocer su significado y hacérselo conocer, pues ella
será la que iluminará, con su brillante haz de luz, aquello que
nunca ha conocido más que la lúgubre oscuridad y el triste cobijo
de las sombras, para hacer aquel su único y verdadero hogar...”
La profecía seguía
hablando de los increíbles peligros e innumerables fatigas de los
que tendría que abrirse camino la dichosa elegida para alcanzar a
iluminar la oscuridad y de otras muchas cosas más, pero ese pequeño
cacho había sido suficiente para mí. Un escalofrío recorrió mi
cuerpo entero ante las palabras. No podía referirse a... pero
parecía que hablaban de...me recordaba a...
- ¿Esas palabras no te
hacen pensar en alguien, joven Sarah? - inquirió con una divertida
sonrisa el emperador, seguramente por la sorpresa que se traslucía
en todo mi rostro.
- Eso es... A mi no... –
debía pensar algo que desbaratase su loca idea de que yo era
aquella de la que hablaban esas estúpidas estrellas – Yo no soy
hija del sol y de la luna, no soy una princesa, no tengo sangre de
lo que sea que tengo que diga, no estoy marcada y no soy una
linterna o una luciérnaga para ir alumbra allá donde voy. Así que
no puedo ser yo. Siento decepcionaros, pero tenéis a la mujer
equivocada.
- No nos hemos equivocado,
porque: 1) – empezó a enumerar sus razones con los dedos, y a
desbaratar aquella débil defensa que había logrado erigir apenas
unos segundos antes, sin perder su pequeña sonrisa – lo de el sol
y la luna es una metáfora, de lo que está hablando realmente es
que esa persona nacerá de la unión de dos personas completamente
opuestas que, como el sol y la luna no están destinados a estar
justos más que en el momento de un eclipse; 2) tu nombre significa
princesa en Hebreo, por lo que podríamos decir que tu eres
princesa, como dice la profecía; 3) tras enterarnos del designio de
las estrellas, seguimos la pista de todos aquellos de los nuestros
que pudieron haber sido falsamente acusados y que fueron
sentenciados a morir y/o desterrados, así como sus familias y
descendientes, de uno de los cuales proviene tu familia materna; 4)
tienes una marca de nacimiento con forma de pluma de búho en el
omóplato derecho – mi boca se abrió de par en par, ¿cómo es
que sabía algo tan íntimo de mí que ni siquiera mi ahora ex novio
Matt sabía? ¿Acaso era una marca de su raza el meterse el acechar
a la gente? Eso, como poco, era espeluznante – ; y 5) tú ya has
comenzado a iluminar el corazón de mi hijo, inundándolo con
sentimientos que jamás habría soñado experimentar, ya desde el
primer momento que puso los ojos en ti. ¿Por qué sino hacer que el
libro Labyrinth llegase a tus manos, incitándote a decir las
palabras adecuadas para poder hacerte venir aquí y probarte? ¿Por
qué sino ofrecerte todo aquello que siempre habías deseado en el
fondo de tu corazón? ¿Por qué sino extenuarse a unos extremos
alarmantes para complacerte?
- La lucha de Jareth se
intensificó contra sus ataduras, como si quisiese parar lo que
estaba diciendo su padre, aunque sin ningún éxito, pues este, lejos
de tener los deseos no verbalizados de su hijo (más que nada porque
le había arrebatado la habilidad de formular palabras), siguió con
su perorata como si no se percatase de su intensa lucha.
- Utilizó métodos
infantiles, bastante retorcidos y un tanto precipitados en mi
opinión, eso he de admitirlo, cuando, de haber esperado a que
alcanzases la madurez que tienes ahora mismo y con un abordaje
directo y/o cortejándote apropiadamente, habría alcanzado casi con
certeza su propósito. Pero mi hijo no es conocido por su paciencia.
Temiendo preguntar, no
queriendo preguntar, pero mi boca parecía tener vida propia.
- ¿S-su prop-propósito?
- Tu corazón, por
supuesto – contestó tranquilamente, como si fuese la cosa más
obvia del mundo –. Cuando te descubrió, por una casualidad del
destino, hace una década en ese parque al que solías ir a jugar a
princesas, enseguida supo que tú eras la elegida. Por primera vez
en su vida, percibió que algo nacía muy en su marchito corazón.
Pero, por su orgullo y necedad, ¿a quién en su sano juicio se le
ocurre que secuestrar a un infante sea la forma propicia de llegar
al corazón de una dama? – suspiró al recordar ese error –, no
consiguió que lo aceptases. Lo que acarreó, sobre sí mismo y su
reino, nefastas consecuencias. ¿sabes de lo que hablo?
Me mordí la lengua para
no soltar una de las perlas que tenía en mente en aquel momento. Si
mis cálculos no eran erróneos, debería de haber tenido doce años
cuando él me descubrió. Recordaba que fue por esa época que me
encontré por sorpresa ese libro sin dueño entre mis regalos de
cumpleaños. Después de eso, solo esperó dos años para hacerse con
mi “corazón”. ¿Acaso era la única que ve algo mal aquí? ¡Yo
había sido una niña! Una niña que se tuvo que enfrentar a los
avances de un rey pederasta, quien desconocía que secuestrando
familiares no se consigue llegar al corazón de una persona. Si había
un equivalente a un psiquiatra en este mundo, debería de revisar la
mente de aquel, pues había algo que no funcionaba si había sido
capaz de acercarse con esas intenciones a una inocente cría de doce
años.
Pese a lo escalofriante
que era ese descubrimiento, intenté mantener mi concentración en la
conversación que manteníamos.
- Sí, ya he descubierto
que el Labyrinth está desapareciendo desde hace ocho años, porque
yo me hice con parte de sus poderes al derrotarlo, y que solamente
hay tres opciones para salvar el reino: que él abdique a mi favor
otorgándome no solo su trono sino también la totalidad de su
poder, que nos casemos, compartiendo así el poder, y, el que
pretende llevar a cabo, matarme para conseguir de vuelta aquello que
le pertenece y del cual yo lo despojé .
- Todo eso es correcto,
joven Sarah, salvo una pequeña cosa – mantuvo por un momento la
boca cerrada, para darle emoción a sus siguientes palabras. Según
parece de él le venía a su hijo el afán al dramatismo –. Él no
pretende arrebatarte la vida, sino convencerte, mediante cortejos
(algo debió de haber hecho desde el inicio, si me permitís
añadir), para que aceptes que unáis vuestras vidas con un
casamiento real – decir que estaba asombrada, anonadada, sería
extralimitarme. Mi mandíbula casi llegaba a tocar el suelo ante
aquellas sorprendente revelación, que tanto me costaba asimilar. En
ningún momento se me ocurrió que estuviese contemplando esa
posibilidad. El emperador, complacido por el efecto que habían
tenido sus palabras en mí, se levantó de majestuoso sillón junto
a su esposa –. Una vez todo aclarado, os dejamos solos para que
podáis hablar sin ningún corrosivo secreto de por medio. Adiós,
joven Sarah, ha sido un placer conocerte en persona por fin. Espero
que la próxima vez que nos veamos sea en vuestro enlace.
Acontecimiento que espero con gran ansias.
Con un pequeño
chasquido, la real pareja desapareció en una brillante nube de
brillantinas (parecía que era la firma familiar o algo semejante),
dejándonos en mutua compañía, ahora ya roto cualquier hechizo que
nos impidiese movernos y hablar. Mis ojos se encontraron con los de
él.
Parecía
que había llegado el momento de hablar.
EXELENTE! sin duda no me esperaba algo asi, aunque creí que Jareth le haria algo a Sarah XD
ResponderEliminarme encanta
Hi, me gusto el capitulo, aunque coincido con Alexia esperaba algo retorcido por parte de Jareth
ResponderEliminarhola! hace ya semanas que no te vemos por aqui Irati, estas bien? me has dejado con el mono, ademas tu relato es lo unico bueno que me esta pasando ahora, porque cuando me siento mal lo releo y me alegra jajaja, espero que estes bien y puedas continuar la historia pronto. Besos <3
ResponderEliminar!!!! Ooodiosmio mujeer me encanto sigue por favor esto es mi droguita dura me encanto sigue porfavor mujer (≧∇≦)/(ノ*゚ー゚)ノヽ(*゚ー゚*)ノ(ノ^o^)ノヽ(°◇° )ノ└(^o^)┐└|°ε°|┐
ResponderEliminarooww ya no lo vas a seguir? ;(
ResponderEliminarhay pocos fanfics de Labyrinth buenos y los pocos casi ni uno esta completo, el tuyo es de los que mas me ha gustado u,u no lo dejes a medias DD:
No te lo perdono O.o. actualiza por el amor de Laberinto y su reorcido rey!! Amo mucho este fic como para que no lo subas!! $@_@*$$($($!*×_×!*$) SUBIII O JARETH JAMAS VENDRA POR TI (?) posdata: Eso no se lo.deseo a nadie excepto a vos por no subir!!
ResponderEliminarOhhhh por favor sigue :( me leí todo en horas xD por favor sigue!
ResponderEliminarTu historia me gusta mucho. La comencé a leer en fanfiction y si no fuera por que me leí los reviwes no me hubiese enterado que la historia ya tenia sitio propio. Ahora te vengo siguiendo desde halla y veo que nos dejas en suspenso. Ojala lo retomes y no te olvides de que aqui hay gente que desea que nos deleites con tu escritura.
ResponderEliminarTu historia me gusta mucho. La comencé a leer en fanfiction y si no fuera por que me leí los reviwes no me hubiese enterado que la historia ya tenia sitio propio. Ahora te vengo siguiendo desde halla y veo que nos dejas en suspenso. Ojala lo retomes y no te olvides de que aqui hay gente que desea que nos deleites con tu escritura.
ResponderEliminarActualiza.plis :-)
ResponderEliminarVamos que sigue!!! Que emoción buena historia amo a jareth :-)
ResponderEliminarHOLA!!! Me acabo de encontrar tu blog >-< sigo tu fic en fanfiction, y durante una búsqueda de fics de labyrinth me apareció tu blog, pero no me imaginaba que fuera tu fic >.< hasta que entre y lo descubrí, me volví a leerlo :3 ya que tu fic me ha encantado mucho y debo decirte que fue una parte importante de inspiración para un fic de Labyrinth que actualmente hago >3< (y por cierto le haré una dedicatoria :3) Por favor actualiza!! veo que ya pronto será un año de tu último capítulo por favor no abandones, me encanta tu fic!!!! Espero y sigas y también continualo vía fanfiction!! Saludos!!!
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